Farmacias de paso
Hay dos tipos de farmacias que se pueden considerar de paso. Unas son las situadas en lugares de paso propiamente dichos, es decir en puntos por los que mucha gente transcurre normalmente. Ejemplos de estas farmacias son las situadas en carreteras generales o en centros comerciales.
Otras farmacias están situadas en ciudad, pero debido a su situación en puntos de paso de mucha gente, como son las calles céntricas, tienen muchos clientes que no son habituales y que tan solo paran a comprar medicamentos de modo circunstancial por estar en ese momento realizando otras compras en la zona.
Obligaciones con los clientes
Las obligaciones para con sus clientes deben de ser las mismas tanto cuándo se trata de dispensar medicamentos y atender a gente que habitualmente acude a la farmacia, como cuándo hablamos de clientes de paso.
El farmacéutico tiene obligación de dar al cliente tanto la información que este requiera sobre un medicamento determinado como aquella que considera que debe de dar aun y cuándo no se haya solicitado. Por ejemplo, si una mujer en estado de gestación solicita un producto que pueda perjudicar al feto se le advertirá de este hecho en caso de que sea para ella.
Con los clientes habituales es más sencillo realizar un seguimiento personalizado y poder aconsejar aquellos medicamentos sin receta que en un momento determinado necesiten comprar. También se les podrá aconsejar sobre incompatibilidades o realizar sugerencias sobre otros productos que pueden mejorar su salud.
Los clientes de paso pueden ser clientes potenciales
Aunque en muchos casos los clientes de paso no volverán a la farmacia por estar allí de modo totalmente casual, algunos de estos clientes pueden ser ganados como potenciales clientes para otras veces. Por ejemplo, en el caso de un local situado en un centro comercial, si se realiza una buena atención al cliente y se le aconseja debidamente, es posible que esta persona decida convertir esta farmacia en la habitual.
Una técnica que puede ayudar en las ventas y que bien empleada es capaz de fidelizar clientes es la de las ventas cruzadas. Es decir, aprovechando la petición de un producto por parte del cliente se le puede sugerir otro que complementa o mejora la acción del primero. Si se realiza con profesionalidad y sin abusar el cliente suele agradecerlo y tenerlo en cuenta a la hora de volver.